Crápula, de David Molina.

 

David Molina

Crápula

Corregidor Escofet 8

+34 973 19 24 52
25005 Lérida

 

La madera tiene, hasta cierto punto, una capacidad apaciguadora. En el pequeño espacio del restaurante de David Molina, esa frontera tangible pero no represiva, debe de darle al cocinero la sensación de que la prisa no es una necesidad para que la cocina exprese no sólo sabor, sino el conocimiento que todo cocinero quiere evidenciar para poder ofrecer un repertorio que atraiga clientes y mantenga fieles.

David Molina tiene la capacidad de la mesura. Selecciona una carta no extensa ni sobreactuada, donde mostrar que su formación está en contacto con los tiempos: amplia pero respetuosa con las tradiciones, sin saltos innecesarios que muchas veces mueven el perfil de lo presentado.

Como buen conocedor Molina se aprovecha de platos propuestos por algunos cocineros para hacerlos suyos, como en el caso de esa yema rellena de láminas de patatas, que hace unos años creó Senén González y que llamaba huevo grito con patatas. No importa, los cocineros no están obligados a ser creadores, pero sí a hacer sabroso y feliz lo que ponen delante del cliente y en Crápula esa tentativa se cumple con creces.

Aquí podemos dejarnos llevar por algunos menús que propone la carta o formarnos el que más nos guste con las propuestas presentadas. Sé que también hay un menú del día a precio interesante, aperitivo, primero segundo, postre y bebidas, por 19,95, pero que no estaba disponible el día que hicimos la visita, era fiesta, y lamentablemente esa opción no estaba presente ni en la carta ni se nos comentó de viva voz.

Los precios son correctos. Algo elevados los del menú degustación, que creo que eran siete o ocho propuestas a 45 €. Tengo la sensación de que en un espacio de este nivel se podría intentar ajustar algo más el precio, pero cada propietario sabe como deben ir sus números.

Sorprendente carta de vinos, con unas 300 referencias, presentada en digital, aunque podría ser algo más explícita y ya que dispone de medidas para la información, hacerla más evidente en los vinos que propone. Las visiones de los sumilleres sobre los vinos que se tienen en carta aportan conocimiento al cliente y hacen más entretenida e informativa la lectura de sus cartas. Siempre es de agradecer conocer los suelos, las variedades de uva, o datos que hagan atractiva la lista de vinos. Enumerar queda ramplón. La información nos hace más selectivos.

Postres muy bien ejecutados, donde aún quedan ganas de jugar y  la utilización de “aparatos”, como en el caso de postre de café, servido en una cafetera, aúpan ese momento cocina/juego/espectáculo.

Un profesional con las ideas muy claras y las manos muy equilibradas. Hay que seguirle la pista y continuar la importante carrera del cocinero David Molina. Bien vale el viaje.

 

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